Nuestros cuerpos ya están preparados de nuevo para afrontar nuevas rampas y largas jornadas. Nuestras mentes poco a poco van aceptando que estamos en la fase final de la expedición. Sabemos que todos los esfuerzos que hemos realizado hasta ahora eran para estar preparados y poder enfrentarnos con mayor solvencia a nuestro gran objetivo.
Hoy hemos tenido el descanso merecido, después del esfuerzo acumulado de los últimos días.
Somos conscientes de que esta expedición todavía no ha terminado. Con lo cual este descanso es tan solo una tregua, un paréntesis en este proyecto. El día lo hemos dedicado a reorganizar material y planificar el ataque al Alpamayo, nuestra Itaca, nuestro sueño, nuestro objetivo.
Hemos buscado información de última hora. Al parecer, la montaña se encuentra en buenas condiciones.
- Formamos un buen equipo. Somos tres personas muy diferentes en cuanto a nuestra forma de ser, pero nos complementamos perfectamente.
Adrian es el más joven, tiene 29 años. Es un tipo fuerte, su fortaleza física destaca sobre los demás. De mirada nerviosa, no puede estar parado más de dos minutos. Es inquieto y tiene una viveza especial, ayer su sentido de orientación e intuición con la orografía, nos hizo ser certeros con la ruta y en consecuencia un ahorro considerable de energía.
